lunes, 15 de junio de 2015

Reflexiones - Celebraciones


Cuando uno obtiene motivo para ello, no hay porque dejarla pasar. La celebración no deja de ser un derecho adquirido, una muestra de alegría, intima o multitudinaria y, frecuentemente, con fecha de caducidad. Ya nos obliga suficientemente la vida transitar sin pedirnos opinión por frustraciones y desalientos, como para obviar sin recompensa un instante de delirio, aun que sea de un único segundo.

En el barranquismo (por poner un ejemplo), donde el premio suele tener carácter de inmediatez, son gestos habituales. Especialmente cuando sales de un rapel complicado y las pulsaciones se te aceleran a no mas poder. 

En fin, nuestro protagonista no es un deportista, pero estuvo trabajando durante 3 años hasta que decidió de hacerlo. Viajar durante un año visitando 36 países y dejando la huella en estas imágenes.  No todo es trabajar.


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